XCI CRUCERO DE INSTRUCCIÓN.-VIDA A BORDO.-28-03-2019

Categoría: Noticias
Publicado el Martes, 02 Abril 2019 15:29
Escrito por jeronimo
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Soy el Marinero (MRO) MNM José María Rojas Llamas, tengo 28 años y soy de Utrera (Sevilla). Este es mi tercer crucero, estoy destinado en este fascinante e impresionante buque de la Armada Española que con sus 91 años de vida sigue recorriendo millas y superando retos históricos, y uno de tantos lo hemos hecho este año, fue el tránsito de Santa Cruz de Tenerife hacia San Juan de Puerto Rico, cruzando el Océano Atlántico y recorriendo casi 3100 millas náuticas totalmente a vela, séptima vez que lo logra y es todo un orgullo hacer historia con este gran velero. Les voy a contar mi vida a bordo.

Comenzamos el día. Son las 07:00 de la mañana, me levanto con la chiflada marinara de diana (oiii oio oio oio, diana diana, aseo personal y arranchado de sollados, se abre la línea del comedor), voy al aseo a prepararme, me visto y vamos a desayunar a la línea del comedor: hay galletas, dulces, café, pan, cacao y zumo. Una vez que he terminado de desayunar salgo a la cubierta para esperar a las 08:00 para formar con toda la Brigada para la Revista de Policía (comprobar que estamos todos en perfectas condiciones para comenzar el día de trabajos).

Una vez dada las novedades, rompemos filas y cada uno va a su destino. En mi caso, mi destino es el Pañol de Contramaestre. La zona de trabajo está en la Proa (parte de delante), somos siete gavieros (personal especializado que sube a las vergas para dar el velamen). Mis compañeros son: Daniel Campón, Manuel Roldán, Álvaro Saldaña, Adrián Buendía, Alba Vílchez y Aitor Casal, y mis jefes, un Cabo Primero, Don Salvador Sánchez de la Campa, y un Subteniente, Don Germán Beceiro, este último es el Cargo del barco (El Contramaestre más antiguo). Todos formamos un gran equipo, somos los encargados del aparejo de cruz (Trinquete, Velacho bajo, Velacho alto y Juanete) y de los foques (Trinquetilla, Contrafoque, Foque, Petifoque y Foque Volante), que entre todas suman un total de nueve velas y somos los que repartimos el material de trabajo a los demás destinos de Maniobra.

Son las 08:15 y nos ponemos a las órdenes del Cabo 1° Salvador, quien nos manda las tareas que debemos de cumplir cada uno de nosotros bajo la supervisión de Don Germán. El trabajo para hoy es aferrar (recoger) velas, dado que tenemos la preparación de entrada en puerto  y es mejor prevenir que curar para tenerlo todo listo.

Nos repartimos áen las vergas de cruz entre los siete pañoleros, Adrián, Aitor y Manuel en el Trinquete junto con 20 Guardiamarinas. Álvaro y yo en los dos velachos junto a otros 10 Guardiamarinas, y Daniel y Alba en el juanete con otros seis Guardiamarinas.

Cuando estamos todos listos a pie de jarcia, subimos primero los pañoleros a nuestras vergas, luego suben los Guardiamarinas y una vez que estemos todos listos en nuestros puestos suena la voz de "AFERRA" (plegar la vela para recogerla) nos podemos manos a la obra. Así, los pañoleros dirigimos la maniobra marcando paños de vela y con las voces de paño arriba o paño afuera.
Después de un rato plegando no se acuerda nadie de la altura a la que estamos trabajando, más de 30 metros, los del juanete más de 40, pero seguimos aferrando con ganas hasta después de una hora y media o dos horas terminar y tratar de estirar de la manera o postura que a cada uno le sea más cómoda.

Una vez aferrado y terminado los últimos retoques bajamos a la voz del chifle marinero "listo" (ito ito roo roo roo) y a la voz de dentro y abajo, bajamos todos a cubierta y vamos al castillo a ver nuestro resultado y debatimos cual está mejor, nunca nos ponemos de acuerdo.

Son las 10:30, comienza el reparto de bocadillo, todos paramos de trabajar para comernos nuestro bocadillo junto con un refresco mientras hablamos de cómo ha ido y cómo podemos mejorar el aferrado. A las 11:00 de nuevo cada uno se va a su destino a seguir trabajando. Mi trabajo de hoy es terminar de lijar la tapa de regala del castillo para volverla a barnizar dado que el sol y el salitre de la mar hace que todo se envejezca más rápido.

Son las 11:45 y dan la retirada de trabajos. Todos vienen al pañol a dejar las herramientas que se han utilizado durante la mañana. A las 11:50 suena por los altavoces: “llamada a la quinta guardia de mar, llamada a la quinta guardia de mar”, vamos a formar y a dar novedades de que estamos todos listos para relevar a la anterior guardia. Me toca entrar de guardia hasta las 14:00. En estas dos horas la guardia estamos atentos a que todas las maniobras y velas desde la cubierta hasta lo más alto de nuestro velero estén en perfecto estado. Hoy ha sido una guardia tranquila pues todo va viento en popa. A las 13:50 nos releva la primera guardia y nosotros los salientes nos vamos a comer. Una vez comido cojo el móvil para ponerme en contacto con mi familia y decirles que estoy bien, para que no se preocupen, pues la vida de un marino tanto tiempo fuera de casa es dura y se echa de menos hasta a los "enemigos". Escuché un lema que nunca olvidaré y todos los días recuerdo que dice: “Somos marinos por el mundo, lo más fácil se hace un mundo estando fuera”.

Tenemos un pequeño descanso hasta las 15:45 que suena: “Alto descanso y arranchado de sollado, reparto de material”. Los pañoleros de nuevo estamos repartiendo material y a las 16:00 comienzan trabajos. Continúo barnizando hasta las 17:45 que toca la retirada de trabajos y termina la jornada laboral. De nuevo, vamos a hacer deporte o a conectarnos al wifi para volver a hablar con la familia, pero hay 7 horas de diferencia con España y algunos familiares están dormidos, allí son las 00:45.

A las 19:00 tenemos el primer reparto de la cena y una vez terminado vamos a la cama a descansar o ver una película, depende de lo agotado que esté cada uno, yo voy a descansar porque a las 03:50 de la madrugada me toca entrar de guardia de nuevo.

Cada día que pasa me siento orgulloso de cumplir el deber y honor de servir a España allá donde vaya con este bergantín-goleta, conocido como “Embajador y Navegante”.