EL "ELCANO" NAVEGA HACIA FERROL CON FUERTE VIENTO DE TEMPORAL, OLAS DE 6 METROS, 9 NUDOS DE VELOCIDAD Y ESCORAS DE 24 GRADOS

Categoría: Noticias
Publicado el Miércoles, 13 Febrero 2013 17:10
Escrito por jeronimo
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El día 7 comenzaba acercándonos con buen ritmo al archipiélago de las Azores, navegando a vela y con mar y viento entrando por la aleta de estribor del buque, dábamos una velocidad de 7 nudos y el buque apenas se movía. De vez en cuando el balanceo se hacía un poco más notable, cuando alguna ola golpeaba el casco del buque y lo mecía con mayor fuerza.

A primera hora de la mañana se dieron los estays y el petifoque, los estays son esas velas triangulares que se dan en la parte alta de los palos, a la altura de la cofa y que recogen el viento que se cuela entre los palos del buque. Normalmente son velas que se dan cuando la intensidad del viento no es muy alta, ya que al ser velas altas, con vientos fuertes pueden producir fuertes escoras. De hecho en todos los turnos de guardia hay un designado por estay para saltar la escota rápidamente a la orden del puente, en caso de que entren vientos fuertes y no dé tiempo a cargarlos.

Ese mismo día, se tuvo a la vista la isla de San Miguel, la más grande del grupo de islas orientales del archipiélago, aunque pasamos a una distancia considerable, se pudo ver perfectamente, y sirvió para que tanto los guardias marinas de puente como los de derrota practicaran procedimientos de navegación costera.

Antes del ocaso, los guardias marinas junto con la guardia de cubierta, cargaron los estays y el petifoque, que como se ha dicho en anteriores ocasiones, por seguridad no es recomendable tener dados los estays por la noche.

El día 8 por la mañana se volvieron a dar los estays y el petifoque, navegando con todo el aparejo menos el foque volante. Durante la mañana y parte de la tarde, los alumnos de la ESENGRA desenvergaron el foque volante, y lo cambiaron por uno nuevo. Debido a que la intensidad del viento era notable, tardaron en terminar de envergarlo ya que era necesario hacerlo con lentitud para evitar que al ser izada la vela, portara por el viento. Esta tarea además era un poco tediosa, ya que el personal debe encontrarse en el chinchorro del bauprés, colgados prácticamente por fuera del buque, lo que hace que sea algo complicada. Cabe reseñar que el chinchorro es la malla que se extiende por debajo del bauprés, está hecha de cabos sintéticos y sirve para que el personal pueda andar con normalidad por esa zona sin caer al agua.

Antes del ocaso, se tocó “maniobra general” para guardias marinas y se volvieron a cargar los estays y el petifoque. Como se esperaba que el viento arreciase durante la noche, se cargó también el juanete.  
Por la noche se emitió el primer “telecano” de este crucero. El “telecano” es un trabajo audiovisual que realizan los guardias marinas. Consiste en primer lugar en una exposición a modo telediario de las noticias más destacadas de la semana. Después del resumen de noticias se da paso a una parte más humorística en la que los guardias marinas realizan entrevistas a la dotación, imitaciones de la vida de a bordo y de las situaciones graciosas que se han producido durante la semana.  El “telecano” se emite en el circuito cerrado de televisión de a bordo, normalmente los viernes y sin lugar a dudas ameniza las postrimerías de la cena de la dotación y de los propios guardias marinas

Ya el día 9, comenzaron a bajar las temperaturas, según las previsiones, en unas 24 horas, dos frentes iban a pasar por nuestra zona, dejando tras de sí fuertes vientos, mar de fondo de 6 a 8 metros y posiblemente chubascos. Tras valorar estos factores, el Sr. Comandante decidió reducir el aparejo para así correr de aleta los frentes con menos superficie vélica. Por tanto, esa misma mañana se tocó “maniobra general”, la intención era antagallar todos los cangrejos en primera faja y la cangreja en segunda. Como la cangreja es una vela mayor, necesita una reducción de superficie mayor para equipararla al resto de los cangrejos.  Además se cargaron también el velacho alto, el foque y el contrafoque. Tras la maniobra, el buque quedó navegando a vela con aparejo de velacho bajo sin contrafoque, los cangrejos antagallados en primera faja y la cangreja en segunda.

El buque continuó navegando con el mismo aparejo durante todo el día a velocidades en ocasiones cercanas a los 10 nudos, debido al empuje del viento del SSE y la fuerte marejada de la misma dirección.
Por la noche y valorando las últimas previsiones, que decían que esa misma madrugada nos iba a alcanzar el frente, el Sr. Comandante ordenó arranchar el buque a son de mar, es decir, trincar todos los objetos susceptibles de moverse por las cubiertas y en interiores, cuando llegase el frente que nos venía persiguiendo.

Durante la madrugada del día 10 se empezaron a notar los efectos de la mar en el buque, raro fue aquel que consiguió dormir toda la noche sin despertarse ni un solo momento ya fuera por el movimiento o por los crujidos producidos por el oleaje. Ya con las primeras luces de la mañana hubo que poner en la banda de estribor las barloas de mal tiempo para que el personal de guardia o los transeúntes por cubierta se pudiesen agarrar en caso de que el movimiento fuese excesivo. Se restringieron también los movimientos por el castillo, la toldilla y la banda de barlovento. Se notaba que el mal tiempo había llegado. Aparte del movimiento, se podía ver la toldilla frecuentemente anegada de agua siempre que alguna ola rompía con fuerza en el costado del buque, además todo esto traía consigo un fuerte descenso de las temperaturas, que obligaron a todo el personal de guardia a abrigarse lo máximo posible.

Esa misma mañana para minimizar el empuje del viento sobre el buque y bajar la velocidad, se cargaron también los cangrejos proeles, quedando únicamente con el cangrejo mayor popel, el mesana, el trinquete, el velacho bajo y la trinquetilla. Esta medida para reducir la velocidad fue para evitar llegar con demasiada antelación al fondeo previsto el día 14 en las cercanías de la ría de Ferrol.
Se continuó ese día navegando a vela. Pese al viento de temporal y a las olas de más 6 metros, el “Elcano” hacía gala de excelentes condiciones marineras y navegaba con majestuosidad por encima de las olas rumbo a Ferrol, dando una velocidad de más de 9 nudos y sufriendo en algunas ocasiones escoras de hasta 24 grados.