EL "ELCANO" CUMPLE SU PRIMERA SEMANA DE NAVEGACIÓN A TRAVÉS DEL ATLÁNTICO. LOS GUARDIASMARINAS REALIZAN TAREAS DE OBSERVACIÓN DEL CREPÚSCULO MATUTINO, LA MERIDIANA Y EL CREPÚSCULO VESPERTINO. TAMBIÉN SE EXAMINAN DE MANIOBRA

Categoría: Noticias
Publicado el Lunes, 31 Marzo 2014 19:11
Escrito por jeronimo
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Tras casi una semana ya de tránsito a través del océano Atlántico, nuestro viaje a bordo del "Juan Sebastián de Elcano" sigue su curso. Los días van pasando, y las altas temperaturas y el sol nos animan a tener la mente puesta en llegar al Mar Caribe, donde pondremos proa definitiva a Cartagena de Indias. Los Guardiasmarinas, adaptados ya a lo que supone navegar durante tantos días seguidos, han cogido su particular compás de rutina, al igual que la dotación, más familiarizada con estas circunstancias.

El clima que estamos teniendo es bastante bueno, aunque no del todo estable. Hoy por la mañana nos cruzamos con algunos chubascos aislados, y el personal realizando mantenimientos y limpiezas por cubierta tuvo que  ponerse apresuradamente a cubierto para evitar el chaparrón. Eso sí, el sol salió radiante por la tarde y a retirada mucha gente subió a cubierta, ya fuera para hacer deporte, para terminar algún trabajo pendiente, o simplemente para charlar con los compañeros y aprovechar el buen tiempo.

Tras el ocaso los Guardiasmarinas realizan la observación del crepúsculo vespertino, y acto seguido tiene lugar el concierto en el alcázar. Como corresponde los jueves, la banda finaliza con el popular “Paquito el Chocolatero”, al que acompaña el tradicional “pasacalles” alrededor de toda la cubierta principal.

La semana ha sido igual de larga o corta que cualquier otra, pero este viernes da la sensación de que se ha hecho de rogar. Amanece el día despejado, y se nota en el ambiente que el descanso del fin de semana se va a coger con muchas ganas. A pesar de la rutina, cada día en la mar sigue suponiendo la superación de nuevas metas, ya sea a nivel colectivo, manteniendo el buque en buen estado con los usuales mantenimientos y limpiezas, o a nivel particular, ya que no son pocos los que mantienen una dura pugna con las pesas o con su cronómetro para batir su récord corriendo entre cabestrantes. 

Los cielos despejados y el buen cariz de las singladuras son sinónimo de que los alumnos no tengan tiempo para aburrirse, y a diario se mantienen ocupados con las observaciones del crepúsculo matutino, la meridiana y el crepúsculo vespertino; como consecuencia, muchos ya notan una franca mejora en la destreza de tomar alturas a los astros con el sextante. Hoy, además tienen examen de una de las asignaturas más características de su formación en este buque-escuela, Maniobra, y tras la comida compaginan la práctica del problema de la observación astronómica con un último repaso a sus apuntes.

A retirada general se celebra misa voluntaria en la Capilla, y después de una cena adecuada al segundo viernes de Cuaresma, con digna mención a la exquisita tortilla de patatas que hemos tomado, tiene lugar el siempre entretenido concierto en cubierta principal, que con sus pasodobles y temas como  “Clavelitos”, nos hacen pasar un buen rato y nos acercan en espíritu a nuestra alejada Patria.

Hoy sábado, las clases y trabajos solo duran hasta media mañana. Debido al buen tiempo se imparte la clase de liderazgo para los caballeros alumnos en toldilla, bajo la calurosa y agradecida presencia del Sol. Seguidamente los alumnos exponen ante el Comandante, Oficiales del barco y compañeros, sendas conferencias profesionales en su Cámara. La primera habla de la historia y hazañas del “Gran Capitán”, Don Gonzalo Fernández de Córdoba, seguida de un interesante coloquio sobre su figura como líder; la segunda trata un tema de gran actualidad e interés profesional, la “ciberdefensa”.

A lo largo del día toda la dotación disfruta del buen tiempo de varias formas: la brigada de máquinas organiza una comida en cubierta, otros  disputan partidas del torneo organizado a bordo de mus, tute o dominó; unos se relajan tomando el sol, y muchos hacen deporte… Sin duda es un sábado de descanso y disfrute en la mar. 

A las 14:30 cambiamos de huso horario y se retrasa la hora, pudiendo así disfrutar, aún más, del día. Con la llegada de la primavera, y con el cambio horario en España, ya van por 5 las horas de diferencia, muy a tener en cuenta cuando queramos llamar a casa.

La jornada dominical transcurre con normalidad, con sus churros con chocolate por la mañana, su tradicional bocadillo de jamón serrano, Misa en el alcázar seguida del concierto de la banda de música y, sobre todo, con su agradable a la vez que necesario ambiente de descanso. El tiempo es placentero un día más, y en esta ocasión es turno de los Cabos 1º organizar una divertida comida en cubierta.

Con las pilas cargadas y tras un grato fin de semana en la mar, afrontamos una nueva semana; una menos para llegar a nuestra próxima escala, Cartagena de Indias, pero también una más lejos de nuestros seres queridos, a quienes recordamos y añoramos tan a menudo.

Esperemos el buen tiempo nos siga acompañando y podamos disfrutar de este entrañable buque, con sus detalles y tradiciones, como venimos haciendo hasta ahora. El saco de anécdotas y buenos recuerdos se sigue llenando, pero tiene aun mucha cabida…