CRÓNICA DE LA VIDA A BORDO EN EL "ELCANO", ENTRE EL 2Y Y 28 DE JUNIO DE 2014, TRAS ABANDONAR EL PUERTO ALEMÁN DE HAMBURGO, TRAS SEIS DÍAS DE ESTANCIA

Categoría: Noticias
Publicado el Lunes, 07 Julio 2014 14:06
Escrito por jeronimo
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Este tránsito comenzaba tras haber pasado seis magníficos días atracados en la ciudad de Hamburgo. Sin ninguna duda, la dotación al completo ha disfrutado de esta ciudad y de sus gentes, pero también eran evidentes las ganas de iniciar el viaje hacia el norte, dirigiéndonos hasta Oslo.

Como curiosidad, pues ya no es novedad en este Crucero, durante el tránsito embarcaron tres periodistas canadienses que convivieron las 24 horas del día con los Guardiasmarinas, compartiendo su intenso horario y programa de actividades, con el objetivo de mostrar a los canadienses cómo es la vida a bordo de esta singular escuela que es el "Juan Sebastián de Elcano".

El martes día 24 de Junio, día gris y frío en Hamburgo, a 10:45 horas se tocaba Babor r y Estribor de guardia para salir a la mar. Nos esperaban por delante más de 80 millas de descenso por el río Elba, en las que pudimos disfrutar de espectaculares paisajes que rodean esta vía fluvial. Como es costumbre en el "Elcano", el régimen del día a la salida de Hamburgo fue de festivo en la mar, por lo que muchos aprovecharon para descansar, hacer un poco de ejercicio, u otros como los Guardiasmarinas para estudiar y avanzar materia para los últimos exámenes de este crucero. El día finalizaba ya en las inmediaciones de la desembocadura del Elba, adentrándonos en el mar del Norte, con la proa puesta en nuestro próximo destino, Oslo.

En esta época del año y en estas latitudes el amanecer se produce más temprano de lo que estamos acostumbrados. A diferencia de la estancia en Hamburgo, en este primer día de tránsito el sol brillaba en un cielo totalmente despejado, recordándonos a aquellos calurosos días por el Caribe, aunque con la evidente diferencia de temperaturas. Aún así para la dotación contar con días como éste ayuda a levantar el ánimo. Ya desde el comienzo dimos las velas para navegar con la fuerza del viento, que nos empujaba hacia el Norte. Durante estos días se podía ver en las caras de los miembros de la dotación las ganas de llegar a Oslo, y no sólo por el puerto en sí, sino porque marcaba el inicio de la cuenta atrás de nuestro último destino: Marín, y el reencuentro con familiares, novias y amigos.  

El Jueves 26 amanecía como el día anterior bajo un sol radiante. Los Guardiasmarinas continuaban con sus clases y actividades, apurando las horas de estudio para los últimos exámenes, y con muchas ganas de finalizar este largo e intenso curso escolar y de disfrutar de un merecido descanso en los últimos días de crucero. Durante la mañana de este día se aprovechó para realizar maniobras, dar todo el aparejo y arriar las dos rhib, ante la expectación de los periodistas canadienses que se sorprendían de la operatividad del barco y de su dotación.

El último día antes de entrar en puerto fue un día de frenética actividad: la dotación ultimaba los trabajos de preparación del buque para entrar en puerto, con mucho esmero para que el barco luzca reluciente y perfecto. Los alumnos, por su parte, trabajaban igual de duro en sus quehaceres diarios, con dos exámenes por la mañana, aferrado de velas por la tarde y recalada del puerto de Oslo.

La navegación por el fiordo de Oslo no defraudó. El buque transitaba por primera vez en su historia entre las montañas noruegas ofreciendo paisajes de indudable belleza, sorteando islas y, sorprendentemente, muchísimos veleros, a pesar de las desapacibles condiciones meteorológicas. Tardamos en remontarlo casi 8 horas desde que recogimos el práctico a la entrada, pero por fin doblábamos la última punta y avistábamos la capital noruega.

El atraque se produjo sin novedad y  en poco tiempo se tocó retirada general. Empezaba así el último puerto de este LXXXV Crucero de Instrucción.