Comienza un nuevo día a bordo del B/E "Juan Sebastián de Elcano" con una diana al son del chifle rutinario, pero ésta vez con un hermoso amanecer digno de admirar mientras nos deslizamos sobre una mar perfectamente en calma. Cada vez más próximos al Canal de Panamá, podemos ver cómo de rápido pasa el tiempo y nos volveremos a encontrar con aquel océano que dejamos atrás tras el cruce del Estrecho de Magallanes.

Como cada día laborable en la mar, comenzamos la mañana con diversas clases entre las cuales podemos encontrar la asignatura "Organización de Empresas" y "Meteorología" y se han ido alternando 3 clases de la asignatura primeramente nombrada con algún estudio y alguna hora de deporte dirigido y finalizando la mañana terminando el temario correspondiente a la segunda asignatura nombrada anteriormente.

Cabe destacar que además, entre clases, hemos podido realizar la rutinaria observación diaria durante el período del bocadillo y tras la finalización de las clases.

Tras la deliciosa comida, pudimos disfrutar del preciado momento que sigue tras la escucha por megafonía de la siguiente voz: “Se autorizan playas”. En mi caso, la blanquecina piel que poseo me obliga a reducir el tiempo de exposición al sol o de extremar la precaución mediante el uso de crema solar (tiene delito que sea malagueño).

Durante la tarde del día de hoy hemos tenido la conferencia sobre la recalada por el canal de Panamá impartida por algunos de nuestros compañeros.

Para acabar el día hemos realizado al caer la noche el problema de la observación de las estrellas durante el crepúsculo vespertino y, como de costumbre entre semana, hemos podido disfrutar de un grandioso concierto de nuestros músicos a bordo.

Finaliza el día y por mi parte me despido de los queridos lectores, no sin antes enviarles un cálido abrazo a mis padres, a mi hermano Álvaro, a mi abuela Kika y mi abuelo Manolo y a mis primos Luigi y Yolanda.

En la mar, a bordo del B/E "Juan Sebastián de Elcano", a 25 de abril del 2023, Jaime Rosa Caballos