VIDA A BORDO EN EL "JUAN SEBASTIÁN DE ELCANO" DEL 24 AL 28 DE ENERO DE 2015

Categoría: Noticias
Publicado el Jueves, 29 Enero 2015 22:45
Escrito por jeronimo
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“¡Diana, diana! Dotación y alumnos, buenos días”… Al toque de diana comienza la jornada para dotación y alumnos embarcados a bordo del “Juan Sebastián de Elcano”… Bueno, esto no es del todo correcto…  hay una pequeña excepción: los que ya estaban de guardia de alba, que llevan velando por la seguridad en cubierta y en la navegación durante más de tres horas ya están más que activados. Una vez que el buque larga amarras, ya no para…

Hace solo horas que partimos de Las Palmas (qué gran ciudad la capital insular) y ya muchos echamos de menos esas ricas “papas con mojo” y la agradecida simpatía de los canariones. Sin embargo, casi sin darnos cuenta, estamos ya a viernes en la mar y para alegría de los más optimistas nos adentramos del tirón en el fin de semana. Los guardiasmarinas y los aspirantes a Cabo 1º continúan con su adaptación al buque, con todas las vicisitudes y  anomalías que ello conlleva: el andar escorado, el repetitivo balanceo, la estrechez de los sollados, las guardias nocturnas, la comida que se escapa del plato…Aunque también cabe reseñar que uno se empieza a acostumbrar no solo a lo complicado o embrollado sino también a lo bueno: el deporte en cubierta, con una pacífica brisa que realza el bello paisaje del mar abierto; las charletas por cualquier rincón del combés que nos permiten irnos conociendo más a fondo y compartir las dispares expectativas del viaje de nuestros compañeros embarcados…

Los alumnos guardiamarinas acuden a clase el sábado por la mañana mientras que la dotación realiza escuelas, mantenimientos y limpiezas en sus respectivos destinos y secciones. El aspecto del barco es impecable. Así sorprende cuando en cada puerto visitantes descubren que el barco tiene más de 87 años pero la buena apariencia del “navegante más añejo del mundo” es fruto del trabajo y dedicación de todos los marinos que hemos puesto pie en esta su cubierta y la única forma de mantenerlo es seguir por la misma línea esmerada heredada de tantas dotaciones que nos han antecedido. 

El trabajo de mantenimiento y limpiezas a bordo no es “poca cosa” y la clave del éxito es la constancia y dedicación, como también lo es, por qué no decirlo, en la formación de los futuros Oficiales y aspirantes a Cabo 1º. Por ello, a pesar de no ser lo más común tener clase los sábados, es una buena forma de aprovechar un poco más el tiempo y aprender en el aula lo que luego se pondrá en práctica en la Derrota o en la maniobra; todos los días se aprende algo nuevo, y cuantas más cosas mucho mejor.

Pero bueno, como no todo es trabajar, una vez se toca retirada todos aprovechamos el tiempo libre como más nos apetezca: un poco de deporte para descansar la mente, un buen libro sentado al aire libre, una partidita de mus… o como no, con una buena película. Hoy por la noche de hecho, tenemos la suerte de poder ver un documental grabado a bordo durante el crucero pasado, “La vida a 5 nudos”, que se proyecta en el alcázar para disfrute de toda la dotación.

Nuestros amigos y compañeros Alejo, Laura e Iván pasaron unas inolvidables singladuras, codo con codo, con nosotros en sendas navegaciones entre Cádiz y Tenerife y  de Santo Domingo a Nueva York el año pasado. Fue una gran experiencia, no solo para ellos, que prácticamente embarcaban por primera vez en cualquier tipo de barco, sino también para nosotros que tuvimos la oportunidad de conocer a unos tremendos profesionales y excelentes personas que nada tenían que ver con la Armada. Cabe destacar por cierto que el resultado del esfuerzo y las numerosas horas de grabación no se puede definir con otra palabra más que sublime. Bravo Zulu!

Al día siguiente nos despertamos con un clásico y placentero olor a churros con chocolate, ¡benditos domingos! A este suculento desayuno le seguirá un no menos apetecible “tentempié”, bocata de jamón serrano con tomate recién triturado. Se celebra la Misa voluntaria en el Alcázar y tras ésta la banda realiza un divertido concierto en cubierta al que asistimos gran parte de la dotación. Como es tradición en este buque, los domingos la banda interpreta clásicos españoles, desde pasodobles a marchas militares; pero esta banda está compuesta por auténticos artistas, y como se oye mientras ensayan ocasionalmente durante la semana, tienen temas de todo tipo guardados en la manga con los que ya nos sorprenderán en futuras ocasiones…

El fin de semana pasa muy rápido, entretenido, y el lunes por la mañana todos nos ponemos a “currar” tras el merecido descanso. Por la tarde se realiza un ejercicio de Emergencia en la Mar para adiestramiento del trozo de Seguridad Interior así como para toda la dotación. Se toca Maniobra General y, mientras se simula una inundación en la lavandería y el personal del trozo monta todos los desagravios y remedios para acometer la incidencia, el resto de dotación acude a sus puestos y los gavieros de cada palo comprueban el buen estado de jarcia, velas y firmes del aparejo. El ejercicio termina en un ejercicio de Abandono de Buque y todos acudimos a nuestra estación de desembarco correspondiente. Este es un procedimiento muy común en cualquier unidad a flote en la Armada ya que todo el mundo ha de conocer donde debería de ir, en el hipotético e improbable caso, de que se tocase esta situación y es en los primeros días de navegación, sobre todo si hay personal recién embarcado, cuando se practican estas situaciones.  

Siguiendo con el adiestramiento general del barco (el barco realmente no para) el miércoles por la mañana realizamos un ejercicio de tiro con armas portátiles en la Toldilla. Sólo realizan el tiro algunos miembros de la dotación ya que el espacio y el armamento es reducido, pero habrá tiempo de sobra para hacer más prácticas de este tipo a lo largo del crucero.

Y es que el LXXXVI Crucero de Instrucción no ha hecho más que empezar. Es indudable que echamos de menos a los nuestros, cada vez más lejos físicamente aunque no en el corazón, pero también nos encontramos llenos de ilusión y con la mirada puesta en muchos retos por cumplir, vivencias que contar y sobretodo que disfrutar ¡Cuántas anécdotas asoman por la proa! Cada día es distinto, se aprenden infinidad de cosas en este buque-escuela, y es que vamos a ritmo lento pero seguro, “La vida a 5 nudos”, da para mucho…