VIDA A BORDO, DEL 11 AL 15 DE FEBRERO DE 2015

Categoría: Noticias
Publicado el Lunes, 16 Febrero 2015 21:07
Escrito por jeronimo
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Oiiiiiii, Oi Totoiiiiiiii, Toooorrrroooootootoooiiiiiiiii MANIOBRA GENERAL, MANIOBRA GENERAL” ¡Corriendo a por el arnés! ¡Las zapatillas de deporte! ¡A formar! ¡Al combés, al alcázar, al espardeck, al castillo, a la toldilla! ¡Rápido, que hay que dar la novedad! ¿Dónde están los salientes de guardia? ¿Y los entrantes?... Y es que cuando el ensordecedor chifle suena en cada rincón del barco, seguido de la voz de “Maniobra General”, todos los que estamos a bordo del "Juan Sebastián de Elcano" nos activamos al unísono.  
Esta cálida tarde de febrero, navegando al viento por latitud 10S, no será el típico martes al que estamos acostumbrados o por lo menos no lo será para todos los alumnos guardiasmarinas y aspirantes a Cabo 1º que hace ya un mes embarcaron en esta apasionante aventura que estamos viviendo a bordo. Son por tanto, parte integrante de este emblemático buque.

Hoy toca adiestramiento general en la situación más exigente del buque. Lo que en la mayoría de los buques de la Armada se llama “Zafarrancho de Combate”, aquí es diferente, como tantísimas cosas, y lo denominamos “Maniobra General”. Toda la dotación ocupa un puesto crucial, ya sea en un área operativa u otra, y en cualquiera que sea nuestro puesto ponemos el máximo esfuerzo y empeño para acometer las distintas tareas asignadas, vitales para garantizar la seguridad y el buen desarrollo de la navegación y principalmente el de la seguridad del personal y material del buque. Así, cuatro guardiasmarinas, elegidos al azar, tienen hoy la oportunidad de hacer valer sus conocimientos teóricos de maniobra y dirigir desde el puente las viradas por redondo. A algunos les cuesta más que a otros, pero al final, todos ponen en práctica lo aprendido en la clase de maniobra y culminan con éxito las viradas. Son recompensados con camisetas del barco que dan fé del hecho.

Mientras tanto, el trozo de Seguridad Interior y los miembros del grupo de contraincendios, o como los llaman algunos a bordo “los bomberos del barco”, se enfundan sus trajes ignífugos color naranja y botas reforzadas para hacer un ejercicio simulado de incendio en la cámara de guardiasmarinas. Estos trajes y botas están hechos de materiales reforzados que permiten adentrarse en zona de fuego y apagar incendios sin resultar heridos, por lo que uno se puede imaginar que no son precisamente ligeros y cómodos. Si a esto le sumamos que nos encontramos en una zona de clima tropical, el calor que deben estar pasando nuestros compañeros cada vez que se los ponen es digno de admirar. Todo sea por el adiestramiento y asegurar la integridad del buque ante cualquier incidencia ¡Olé, esa gente de máquinas!

Se realiza también durante la Maniobra General un ejercicio de Hombre al Agua, empleando como método de recogida de náufrago el arriado de una de las embarcaciones de nuestro costado. Con el calor que hace (30ºC) a más de uno se le habrá pasado por la cabeza darse un bañito, pero bueno, más vale darse una ducha fresquita A BORDO del barco…

Estos días nos encontramos navegando por una zona en la que, como han aprendido los guardiasmarinas en clase de meteorología, el viento escasea. Navegamos a vela con prácticamente todo el aparejo y con poca intensidad de viento, el barco es capaz de dar un andar muy provechoso. Estas condiciones favorecen la vida en cubierta y es habitual, todos los días, ver gente haciendo deporte o pequeños grupos charlando y riendo por las distintas zonas de la cubierta principal. Para los guardiasmarinas, el tiempo afable y cielos despejados también se traduce en observaciones astronómicas y cada vez es más habitual la clásica escena de los guardiasmarinas agrupados a lo largo de toda la cubierta buscando el mejor sitio para observar el sol y las estrellas. Todavía los guardiasmarinas no “clavan” el problema de la observación astronómica y tienen errores, esto también es bastante tradicional, pero ya se les dará mejor, todo se andará…

La dotación también disfruta, y a la vez “sufre” el mencionado buen tiempo. En estos periodos ausentes de lluvia y con poco viento es cuando más se aprovecha para hacer los distintos mantenimientos y trabajos por cubierta: lijar y barnizar las tapas de regala, matizar y barnizar tranvías de cada palo, retocar los zócalos y frontales del puente, pintar los numerosos elementos de maniobra repartidos por toda la cubierta, pintar cuidadosamente los puntales de las estaciones de las embarcaciones, etc… No hay tiempo para aburrirse, aunque siempre hay algo de tiempo para pasar un buen rato con un buen “palique”.

Hoy ya es viernes y para celebrar la llegada del fin de semana tiene lugar la tradicional regata de balleneras entre dos dotaciones compuestas por alumnos: los guardiasmarinas de la Escuela Naval Militar se las verán remando contra los futuros Cabos 1º de la ESENGRA. La mar y el viento están completamente calmados y por ambas bandas del buque toman la salida las balleneras para ver quien es capaz de, desde la popa, sobrepasar antes la roda del casco, en la proa. La competición es muy reñida, pero finalmente son los guardiasmarinas los que por media eslora logran sobrepasar la imagen de la diosa Minerva, en el mascarón de proa del barco, en primera posición. Finalizada la regata se izan las dos embarcaciones y, alumnos y dotación, comentan el resultado por todos los rincones de la cubierta. Aprovechando las condiciones meteo se autoriza baño en la mar a dotación y alumnos. No todos pueden darse un chapuzón ya que hay que interrumpirlo al saltar viento de nuevo. Tras el ocaso, toca descansar después de una dura semana de trabajo, pero además, hay que coger fuerzas para las competiciones deportivas que nos vienen por la proa este fin de semana.

El sábado por la mañana tiene lugar en la cámara de guardiasmarinas una interesante conferencia sobre primeros auxilios y RCP impartida por el servicio de Sanidad de buque en la que nos muestran, incluso, el funcionamiento de un desfibrilador.

Tras esta conferencia, varios guardiasmarinas realizan una exposición sobre el hundimiento del buque escuela canadiense “Concordia” que, hace exactamente cinco años, se vio alcanzado por un gran temporal que provocó su naufragio. Además, los guardiasmarinas, ahondan en el estudio de las curvas de estabilidad de los grandes veleros con animaciones y cálculos que explican el hecho que se produjo. Casualmente, el "Elcano" se vuelve a encontrar hoy en la misma zona en la que se encontraba navegando hace cinco años y en las proximidades de dónde se hundió el buque-escuela canadiense.

Pero, a pesar de las interesantes charlas que están teniendo lugar en la cámara de guardiasmarinas, el momento cumbre de la mañana sucede a las 11:30 horas en cubierta cuando da comienzo la 1ª Edición de la “Carrera 24 horas Juan Sebastián de Elcano” en el hemisferio sur, en la que participa gran parte de la dotación y que, por relevos, pasará 24 horas corriendo sin parar intentando superar la marca de la pasada edición celebrada durante el LXXXV Crucero de Instrucción. Este año somos 156 corredores, voluntarios, entre dotación y alumnos guardiasmarinas y aspirantes a Cabo 1º. Tras el pistoletazo ,o mejor dicho, bocinazo de salida comenzamos los continuos relevos por el recorrido habilitado para la carrera situado en la cubierta principal entre los cabirones del combés de estribor. Muchos son los que por la zona del alcázar animan sin cesar a los corredores que, en tandas de 5 ó 10 minutos, se exprimen físicamente para aportar su granito de arena a la distancia total recorrida. Hay música, refrescos, agua y, sobre todo, buen ambiente que hacen de este 14 de febrero en la mar que sea, quizás no el más romántico que hayamos vivido, pero cuanto menos puede que sea el más peculiar.

A la mañana siguiente se celebra la misa voluntaria en toldilla, pues el alcázar, donde habitualmente la celebramos, está copado por el recorrido y los organizadores/animadores de la carrera.  Tras finalizar la misa, la banda de música ameniza con alegres y atrevidos acordes los últimos 30 minutos de la carrera a los que se suma toda la dotación. A las 11:20 salen los últimos relevos y, alcanzadas las 11:30, el resultado final de la carrera es alucinante: ¡se han recorrido un total de 345 km!!! Una marca fantástica que, de ser esta carrera algún tipo de categoría olímpica o similar, sería un auténtico record. La marca rompió todos los registros y expectativas, superando notablemente la meta alcanzada en la edición anterior durante el pasado crucero de instrucción y la satisfacción de todos, fruto del esfuerzo, se respira en el ambiente. Al finalizar la carrera, también se celebran en el alcázar las tradicionales competiciones deportivas a bordo de este buque como son “trepar el cabo” hasta una altura de unos 8 metros y flexiones de barra. La dotación abarrota el alcázar y vitorea, anima y aplaude a los participantes. Acto seguido, se realiza la entrega de premios de las diversas competiciones deportivas: regata de balleneras, mayor distancia recorrida en su turno en categoría masculino y femenino, escalada más rápida y más flexiones de barra sin olvidar a los organizadores que han hecho posible el buen desarrollo de todas las competiciones.

Como colofón, despedimos a nuestros compañeros de la ESENGRA que desembarcarán al llegar a Río de Janeiro para continuar con su plan de formación en territorio nacional y celebramos una estupenda comida en cubierta.

Finaliza así nuestro último domingo en la mar, el cuarto desde Las Palmas, antes de llegar a Río de Janeiro. Ya queda una guardia menos para irme a la cama, una singladura más da le que sacar lecciones y experiencias… Y es que así es la vida en la mar, sufrida en ocasiones pero también divertida y animada. Quién no se habrá acordado de su pareja en San Valentín o de su familia en el Santo de su abuelo, su tío o de cualquier otro familiar. Quién no se habrá acordado de su amigo del Real Madrid o del Atleti o de esa cañita en el bar con los amigos un día de semana. A pesar de encontrarnos a miles de millas de distancia de lo que dejamos atrás, hay que vivir el día a día, aprovecharlo, disfrutar de la grandísima oportunidad de navegar en este buque y del inmenso honor de formar parte de esta gran familia.