ARTÍCULO PUBLICADO POR EL CN-ING. E. GONZÁLEZ MORALES EN LA RGM. SOBRE LA DENOMINACIÓN CORRECTA DEL NOMBRE DEL BUQUE-ESCUELA

Categoría: Noticias
Publicado el Martes, 09 Febrero 2016 16:15
Escrito por jeronimo
Visitas: 1621

La sección "El pañol del español", que publica la Revista General de Marina recoge en su último número un trabajo literario titulado "ASÍ: JUAN SEBASTIÁN DEL CANO", firmado por Agustín E. González Morales, CN-Ingeniero.

   El artículo comienza así: El otro día disfruté participando en un interesante coloquio entre varios compañeros de la Armada donde se debatía sobre el nombre correcto de nuestro querido buque-escuela. La polémica se centró en las siguientes preguntas:

   ¿Se llama Juan Sebastián de Elcano, tal como está registrado en la Lista Oficial de buques de la Armada, o se puede omitir la preposición de?

   ¿Se dice Elcano o se han de emplear dos palabras: El Cano?

   ¿Podría ser Cano o cano, con minúscula?

    Y, por último: ¿Es Sebastián o hay que acentuar la última sílaba: Sebastián?

    Parece mentira -prosigue el autor- que no pocos marinos militares españoles titubeemos ante la incertidumbre sobre cuál es el nombre exacto y correcto de nuestro abarco más emblemático. En cierto sentido no me extraña, porque hasta en la página web de la Armada hay disparidad de criterios a la hora de citarlo, ya que allí se emplea, indistintamente, Juan Sebastián de Elcano o Juan Sebastián Elcano (sin la preposición), y a veces aparece sin el acento en Sebastián. Es sorprendente, agrega, e increíble, que muchos de los que hemos navegado en este precioso velero no sepamos cómo llamar al bergantín-goleta más distinguido en todo el orbe y, por ende, no seamos capaces de decir -con total seguridad y rotundidad, sin ninguna sobra de duda- cuál es el nombre del navegante español que dio la Primera Vuelta al Mundo.

     Si respetamos lo que figura en la susodicha Lista Oficial, parece lógico -y obvio- decir que nadie tendría que usar otro nombre que no fuera el "oficial" del buque. Pero, ¿y si esa Lista estuviera equivocada? En ese supuesto -no tan descabellado, como se podrá leer un poco más adelante -cabe preguntarse si la Armada tendría que modificar el nombre o conservar el que durante casi nueve décadas viene apareciendo en el portalón y en el coronamiento de la popa, en distintas configuraciones.

           Cogado del juanete

        ¡Uf, en menudo charco me acabo de meter! ¿nada menos que cambiarle el nombre al Elcano! ¡ahí es nada! Aunque sé que me van a colgar de la verga del juanete por los juanetes de los pies, no me voy a echar atrás: me mojo y me embarro,m ya que en el charco y en el lodo estoy metido, y lo haré empleando un argumento que me parece muy sólido, aunque estoy convencido de que me condenarán al ostracismo y a padecer eternamente el dichoso síndrome de Juan el Bautista, por aquello de la voz que clama en el desierto, al que ya me referí varias veces en las páginas del Pañol del Español de la REVISTA GENERAL DE MARINA.

         De puño y letra

         Buceando por el inmenso y proceloso océano de Internet sin que, para conseguir lo que me proponía, haya tenido que llegar hasta las más profundas zonas abisales de la red de redes, encontré fácilmente la firma y la rúbrica, de puño y letra, del sucesor de Magallanes en el mando de la nao Victoria. Incluso localicé dos distintas, que estoy seguro de que un experto en Grafotecnia no dudará a la hora de certificar que fueron realizadas por la misma persona en momentos distintos. Las incorporo al artículo para que todos los que me están concediendo el honor de leer estas líneas se convenzan de que el guipuzcoano, nacido en Guetaria, firmaba "Sebastián del cano". Posiblemente no acentuaba Sebastián porque tanto la a de la sílaba bas como la de tian tienen el mismo aspecto. Empleaba claramente la contracción del en minúsculas, y también escribía en minúsculas cano, y el término Juan aparece como si estuviera sincopado, quizás Jn con la u encima. En definitiva, se llamaba Juan Sebastián del cano, salvo que el insigne marino no supiese escribir bien su propio nombre.

        Por todo lo anterior, lanzo de nuevo la pregunta como si de un guante se tratase y a un duelo me enfrentara: ¿le cambiamos el nombre al barco más conocido de la Armada Española?

        Pero no me quedo ahí ni me arredro, porque, según las reglas de nuestro idioma, Sebastián es una palabra aguda terminada en n y, por tanto, debe acentuarse. Entonces, una de dos, o se modifica el nombre del barco, respectando la misma grafía que usaba el navegante vasco: Juan Sebastián del cano, o se mantiene el que viene en la Lista Oficial. Pero, en este último caso, es imprescindible acentuar Sebastián en  todos los documentos y archivos donde figure (incluída la página web de la Armada), incluso en el coronamiento de la popa y en todos los lugares del barco donde aparezca, porque según las normas de la Real Academia Española (RAE), las palabras mayúsculas llevan tilde cuando corresponde. Ya me referí a este matiz, varias veces, en las páginas del Pañol del Español. Al que dude, le sugiero, una vez más, que pinche en la pestaña "Consultas Lingüísticas" de la página www.ra.es.

         Epílogo

         Nuestro buque-escuela lleva casi 90 años navegando por los siete mares, atracando en los puertos más importantes de todos los continentes...y, si respetásemos su nombre actual, seguiríamos arrastrando por casi todo el globo un error ortográfico que deberíamos subsanar: nos hemos olvidado la tilde de Sebastián. A no ser que las autoridades de la Armada decidan cambiárselo por Juan Sebastián del cano, tal como firmaba el célebre navegante.

          Somos españoles y hemos de escribir en nuestro idioma. Con sus reglas. Y debemos llamar a los buques españoles por su nombre, sin omitir ni acentos ni la virgulilla de la eñe. Y con más hincapié lo tenemos que hacer con el barco español más conocido.

          Como dice el capitán Alatriste: "Solo queda batirse".

                                                                                         AGUSTÍN E. GONZÁLEZ MORALES

                                                                                           CAPITÁN DE NAVÍO-INGENIERO