VIDA A BORDO.-10-10_2016.-EL PASO DEL ECUADOR

Categoría: Noticias
Publicado el Martes, 11 Octubre 2016 15:17
Escrito por jeronimo
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Hacía casi dos semanas desde que salimos de Praia. La rutina se había apoderado de nuestras vidas: guardias, clases, trabajos y vuelta a empezar. Pero sabíamos que se rompería la rutina con el ansiado día del "Paso del Ecuador’.

Y así fue: el miércoles 5 de octubre, por la tarde, se anunció por las órdenes generales del barco (el sistema de megafonía) que habíamos cruzado el Ecuador. Habíamos pasado del hemisferio norte al hemisferio sur. Un minuto antes era otoño y al siguiente de repente ya era primavera. La verdad es que no sabíamos si se iba a apreciar algún cambio ¿haría más calor? ¿Rolaría el viento?

Lo único que sabíamos con certeza es que pronto vendría el rey Neptuno. Así viene reflejado en el Ceremonial Marítimo: el rey Neptuno se apoderará del barco y los neófitos (los que cruzan el Ecuador por primera vez) le deberán rendir pleitesía. También dice la tradición que el paje del rey anunciará su llegada con la debida antelación.

Así que esa misma tarde, al poco rato de cruzar el Ecuador, apareció en cubierta el paje. No sabemos muy bien cómo llegó a bordo… El caso es que una vez anunciada la inminente llegada del dios de los mares leyó también la “desorden”, otra tradición más de este día tan señalado y que tanto le gusta a Neptuno.

Consiste en que los miembros de la dotación se intercambian sus galones entre ellos. Los oficiales pasan a realizar funciones de marineros, suboficiales que se convierten en oficiales, marineros en guardiasmarinas, guardiasmarinas que se convierten en comandantes de la guardia en puente e intercambios de lo más variopintos. Por ello, al día siguiente el personal que ha sido nombrado en la “desorden” deberá cumplir. Aunque el personal de guardia no participa.

Este intercambio de galones da lugar a alguna broma (siempre de buen gusto), como cuando los oficiales, que hacen funciones de marinero, se dedican a baldear la cubierta a las órdenes de un marinero (que hace las funciones de suboficial).

El momento más ansiado era la llegada del rey Neptuno. Nos pilló por sorpresa porque emergió de las profundidades de sus dominios para “tomar el control” del buque. Aunque no lo asumió hasta que el Comandante “se lo cedió” (siempre de manera simbólica).

Ahora había que bautizar a los neófitos: los que aún no habían cruzado el Ecuador. Los verdugos de Neptuno iban trayendo uno a uno a los neófitos y tras pasarlos por las manos del peluquero les introducían en una pócima. Si Neptuno estaba satisfecho se les consideraba por fin un veterano de los mares.

Una vez fueron bautizados todos los neófitos hubo comida en cubierta para la dotación. Por la tarde el rey Neptuno ordenó que se llevasen a cabo una serie de competiciones deportivas. Dichas competiciones consistían en: transportar una manzana por parejas sin tocarla con las manos, transportar un huevo duro sobre una cuchara con la boca, concurso de dominadas, trepada del cabo guindola y ponerse el equipo de Seguridad Interior (vestirse de bombero) en el menor tiempo posible.

Las pruebas fueron un éxito e hicieron las delicias de Neptuno y la dotación. Los vencedores de las pruebas fueron recompensados con premios y después el rey Neptuno volvió a subir al puente de gobierno para “devolver el mando” del buque al Comandante y retornar a las profundidades del océano.

Sin duda, ha sido un día que no olvidaremos, por la importancia que tiene para un marino cruzar el Ecuador por primera vez en su vida y por los buenos momentos y anécdotas que nos ha dejado la jornada.