- Detalles
-
Categoría: Noticias
-
Publicado el Viernes, 22 Marzo 2013 19:44
-
Escrito por jeronimo
-
Visitas: 2231
La singladura del 18 de marzo comenzaba a unas 40 millas al NNE (entre el norte y el noreste) del archipiélago de Cabo Verde, navegando a rumbos de componente oeste. Durante la mañana la guardia dio las escandalosas y el foque volante. Desde ese momento el “Elcano” comenzó a navegar con todo el aparejo, para así aprovechar al máximo el viento flojo de apenas 10 nudos que había en las proximidades del archipiélago. Cuando el viento es de baja intensidad se suele dar todo el aparejo posible para que el barco aproveche al máximo el viento en la zona. Conforme la intensidad de viento es mayor, el aparejo se va reduciendo de forma progresiva. La reducción de aparejo suele ser desde arriba hacia abajo, se comienza con las velas altas, como foque volante, estays, juanete... hasta quedar con las velas de capa en el caso de recibir vientos duros.
Antes del relevo de la guardia de las 12.00 y mientras los guardias marinas se disponían a empezar la clase de gimnasia, se realizó un ejercicio de hombre al agua con arriado de embarcación para adiestrar a la dotación, ya que la reacción del buque para un caso de estas características debe ser inmediata y correcta.
Ya que se ha comentado, conviene explicar que las guardias en el “Elcano” se dividen de la siguiente forma: desde las 08.00 de la mañana hasta las 12.00 del mediodía, posteriormente de 12.00 del mediodía a 14.00 y de 14.00 a 16.00, a diferencia del resto de guardias estas son de dos horas y por la tarde de 16.00 a 20.00. A partir de las 20.00 ya empiezan las guardias nocturnas, la prima es de 20.00 a 00.00, la media de 00.00 a 04.00 y la guardia de alba de 04.00 a 08.00. La dotación se divide en cuatro o cinco grupos de guardias y va rotando por los diferentes periodos del día.
Por la tarde del día 18, los guardias marinas del Cuerpo General realizaron un examen de navegación sobre los eclipses, rectas de altura de los astros y el concepto astronómico de tiempo. Mientras tanto el personal de guardia cargó el foque volante antes del ocaso. Durante la noche, en la guardia de media del día 18 al 19 se comenzaron a divisar las primeras luces de San Antonio de Cabo Verde. Como la distancia a la isla no era excesiva se podían diferenciar diferentes núcleos de población. Al amanecer, con los primeros rayos de luz, se pudo ver perfectamente desde el buque las conspicuas y escarpadas montañas de la isla, sin duda llamaba la atención ver esa enorme mole de roca en medio del océano.
Por la mañana del día 19 como era San José y día del padre, se permitió llamar a casa al personal que así lo hubiese solicitado.
Por la tarde se tocó “maniobra general”, esta vez era para realizar viradas, pero esta vez el control en el puente lo tenía un guardia marina. El hecho es que todos los alumnos deben realizar durante el crucero al menos una virada, por redondo o por avante, para así ser evaluados en sus aptitudes marineras. La virada en el “Elcano” es un momento especial para el guardia marina ya que tiene a todo el buque bajo sus órdenes a la espera de recibir la ejecutiva de realizar una u otra acción. Según la habilidad y pericia marinera del alumno al dar las voces para virar en el momento adecuado, el buque ganará la virada o no. Durante esa tarde se realizaron tres viradas por redondo, realizadas por tres guardias marinas. Como recordatorio virar por redondo es cambiar el viento de banda haciéndolo pasar por la popa del buque. Además, durante la maniobra se realizó un ejercicio de hombre al agua, que incluyó arriado de embarcación.
Con una media para llegar a San Juan próxima a los 6 nudos y dado que el viento flojo no nos daba un andar de más de 4, el Comandante decidió arrancar el motor y navegar a mixta, tras 10 singladuras y alrededor de 1.150 millas recorridas únicamente a vela desde la salida de Las Palmas. Era lo más prudente para asegurar la llegada a San Juan el día 6. Sin embargo, para los próximos días se esperan vientos de mayor intensidad lo que permitirá volver a parar el motor e intentar llevar a cabo uno de los cruces del Atlántico con mayor porcentaje a vela.
Como curiosidad, decir que en los 83 cruceros que el “Elcano” ha realizado hasta la fecha, sólo en tres ocasiones se ha cruzado el Atlántico exclusivamente a vela. Es obvio que cruzar el Atlántico a vela en el tiempo establecido entre un puerto y el siguiente no es tarea nada fácil, y en la mayoría de las ocasiones no es suficiente con la pericia del marino sino que también debe acompañar el viento y la suerte.
Sobre las 08.00 de la mañana se tocó “maniobra general” para cargar las velas altas y posteriormente virar por redondo para poner rumbo oeste, debido que durante la noche el viento roló hasta prácticamente el ENE (este-noreste), lo que obligó a caer hasta rumbos de componente sur. Al finalizar el “Elcano” navegaba a mixta con aparejo de juanete, y a rumbo 270.
Como curiosidad decir que astronómicamente hablando la primavera llegó sobre las 10 hora local, cuando el sol pasó de tener una declinación negativa a una positiva, siendo ese el momento de cambio de estación. La declinación es el ángulo que forma el sol con el ecuador, y que varía según la época del año.
Por la tarde se realizó un ejercicio de tiro en la toldilla, se disparó tanto con pistola como con cetme. Al finalizar el ejercicio de tiro se tocó “maniobra general” para dar las velas altas y parar el motor. Las poco más de 10 horas que se estuvo navegando a mixta fueron suficientes para ganar millas sobre la derrota. A partir de las 18.00 se continuó navegando a vela con todo el aparejo menos el foque volante. Esto supone alrededor de 3.000 m2 de paño recibiendo el empuje del viento para hacer arribar al “Elcano” hasta su destino en San Juan de Puerto Rico.