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Categoría: Noticias
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Publicado el Viernes, 16 Febrero 2018 18:16
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Escrito por jeronimo
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Empezando de cero
Querida familia: Por fin he encontrado un hueco para escribiros. Me siento un poco como el día que ingresé en la Escuela Naval: un lugar nuevo, un horario nuevo, nueva cama y sobre todo, muchas cosas nuevas que aprender, aunque para eso estamos en el buque-escuela de la Armada.
Sólo llevamos unos pocos días en la mar, pero tenemos la suerte de que este barco tiene una magnífica dotación que nos va enseñando.
Por las mañanas, los Oficiales nos dan conferencias de las particularidades que tienen nuestras guardias y por las tardes hacemos prácticas: subir a los palos, dar velas y usar nuestros sextantes, ese instrumento náutico que se usa desde hace siglos para observar el sol y las estrellas y así saber dónde nos encontramos.
También ha habido tiempo para hacer deporte: hemos subido a la cubierta donde nos hemos dado cuenta de que a diferencia de tierra firme, el movimiento del barco complica esta actividad, resultando en un mayor cansancio.
Tras la comida (que por cierto está muy rica), hemos subido por primera vez a los palos (desde que salimos a la mar claro). Nos dividieron en grupos pasamos por el mesana, el mayor popel, el mayor proel, el trinquete cruz y por último el bauprés, donde hemos podido observar delfines. Imagino que será la primera vez de muchas, ya que cuentan los antiguos del lugar que les gusta acompañarnos en nuestras singladuras. Ha sido una experiencia muy grata y hemos podido observar la inmensidad del océano desde una zona privilegiada.
Tras el ocaso, ha habido un magnífico concierto de la banda de música (compuesta por seis músicos) que está a bordo. Nos hemos animado mucho e incluso nos hemos atrevido a cantar la letra de una canción de Raphael, aunque me temo que sin mucho éxito...
A las 9 de la noche hubo "Maniobra General" para cargar las velas (arriarlas) ya que el viento no era favorable.
Como veis, muchas cosas en pocos días. Y entre actividades, deporte y clases, las guardias; tanto de día como de noche. Y es que este barco nunca descansa.
Yo ya os dejo que tengo que descansar, mañana me espera una nueva singladura.
