- Detalles
-
Categoría: Noticias
-
Publicado el Sábado, 02 Junio 2018 17:13
-
Escrito por jeronimo
-
Visitas: 1124
Punta Arenas
Como es habitual en cada tránsito, el día antes de entrar en puerto solemos fondear y como ya os he explicado en otras ocasiones nos dedicamos a sacar brillo a los metales, limpiar las manchas de óxido, limpiar las maderas, aferrar las velas y cualquier cosa que ayude a “adecentar” el barco.
Pues en este caso íbamos a fondear en una bahía cercana a Punta Arenas llamada Agua Fresca. Sin duda hacía honor a las condiciones meteorológicas ya que en el Estrecho de Magallanes el agua del mar estaba a 8ºC…Al final el role del viento al Este, nos hizo cambiar el punto de fondeo de la cara oeste, o wehte como dicen los chilenos, a la cara este del Estrecho, en una bahía llamada Porvenir, que sin duda sonaba mejor.
Pero el destino nos deparaba una fría noche con viento fuerte que hizo que la sensación térmica bajase a -6ºC. Y por si eso no fuera suficiente, después de la cena cayó una fuerte nevada. Sinceramente se me hizo dura la guardia en el Puente. Además, somos de los pocos barcos del mundo cuyo Puente está al aire libre, expuesto a las inclemencias del tiempo.
Al despertar a la mañana siguiente, viernes, el viento había amainado y ya no nevaba. Entonces levamos y nos dirigimos a puerto. Antes del atraque hicimos una Parada naval frente a la ciudad para que los ciudadanos pudieran disfrutar de un acontecimiento que dudo ocurra muy a menudo.
Después de atracar nosotros, se nos abarloó el “Cuauhtémoc” (esto es: se amarró a nuestro costado de babor). Esto hizo que durante la estancia en puerto cada vez que alguien quería entrar o salir del buque-escuela mejicano, tenía que pasar por nuestro barco. Esto es algo habitual cuando coinciden muchos buques de guerra en un mismo puerto.
Como tenía guardia el lunes, disponía del finde entero para hacer turismo. Me hubiese gustado sacar mi bici y recorrerme la zona con el carpintero (mi compañero de rutas ciclistas), pero el tiempo no acompañaba: llovió todo el finde. Así que decidí apuntarme a una excursión. Lo primero fue coger el ferry que cruza el estrecho hasta Porvenir, un pueblo situado en la bahía de Porvenir. Después nos adentramos en el parque Natural Tierra del Fuego. El paisaje era bastante llamativo. Además, pudimos ver pingüinos rey de cerca, los segundos pingüinos más grandes del mundo.
Terminamos comiendo lo más típico de la zona: centolla y cordero asado. La centolla realmente no tiene mucho misterio, es igual que en España. Pero el cordero asado estaba buenísimo. Sin duda merece la pena probarlo. Acabamos volviendo a Punta Arenas, ya de noche. Un día largo pero gratificante.
El día siguiente nos quedamos en Punta Arenas. Aprovechamos para ver la ciudad que, aunque pequeña, era bastante más grande que Ushuaia. Pasamos por la Plaza de Armas donde vimos el monumento a Fernando de Magallanes. Aquí es una persona querida porque fue el descubridor del estrecho que lleva su nombre, en 1522, cuando se dirigía a las Molucas con Juan Sebastián de Elcano.
Además, por la mañana hubo un desfile de Guardiamarinas por el centro de la ciudad. Los nuestros fueron los mejores, por supuesto.
Hubo tiempo por la tarde para ir a la zona franca y comprar algunos regalos a buen precio, especialmente el ron. Ya por la noche nos dimos un paseo corto. El frío invitaba a estar poco tiempo en la calle, y tras la cena me volví pronto al barco ya que al día siguiente tenía guardia.
El lunes vino mucha gente al muelle a ver los barcos. Nosotros tuvimos más de 3.000 visitas, casi más que en Cádiz. Este barco es muy querido en esta ciudad.
Al día siguiente salimos a la mar pronto por la mañana y después formamos todos los barcos para dar el aparejo y hacer una Parada naval barajando la costa para que la ciudad pudiera disfrutar una última vez de los buques-escuela. Ya por la tarde cargamos el aparejo ya que, según nos cuenta el Oficial del popel, en los Canales Patagónicos es muy peligroso navegar a vela.
Nos espera una semana de navegación por los Canales Patagónicos.
