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Categoría: Noticias
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Publicado el Martes, 16 Junio 2015 13:52
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Escrito por jeronimo
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Navegamos barajando la Península de Florida y a pesar de que hasta la fecha la corriente del Golfo nos ha apoyado en la derrota, no lo hace así el viento por lo que desde el amanecer arrancamos el motor principal para navegar a motor.
Se puede divisar en el horizonte, de manera muy lejana, la ciudad de Cabo Cañaveral con las colosales construcciones de la NASA. Dan una pequeña idea de lo que es capaz de hacer el hombre para ir más allá de sus límites y son, sin duda, un impresionante fondo para los anocheceres de las últimas singladuras.
Continuamos con el ciclo de conferencias profesionales del Crucero de Instrucción y hoy sábado un grupo de Guardiasmarinas expone una conferencia sobre el hallazgo de la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes y el tesoro que albergaba en aguas del Estrecho. A la interesante conferencia sigue un entretenido coloquio en el que algunos preguntamos dudas donde los ponentes exponen y defienden sus opiniones de una manera más personal.
El día transcurre con normalidad navegando a “palo seco” y por si fuera poco, al amaine del viento se suma que la Corriente del Golfo, predominante en la zona en la que nos encontramos, no es coincidente con la derrota a seguir; lo que hace unos días resultaba un “empujoncito extra” ahora supone un leve “tirón hacia detrás”.
Durante la madrugada del 7 de junio realizamos un cambio de huso horario a Quebec, las 0330 horas de la madrugada se convierten en las 0430 horas. Aunque el cambio implique dormir una hora menos también conlleva una pequeña alegría ya que el recortar una hora se traduce en estar más cerca de casa, ¡Ya sólo hay 6 horas de diferencia con respecto a España!
A diferencia del día anterior, el domingo arrecia el viento en dirección favorable lo que permite empezar a dar aparejo e izamos el cangrejo trinquete y el cangrejo mayor proel cazados al medio; no se puede tener todo de una ”tacada”. Con un poco de paciencia “todo llega”, como se suele decir, y un par de horas después se terminan izando los dos cangrejos restantes y el contrafoque aprovechando un nuevo arrecie y role del viento.
Como es habitual los domingos en la mar, la mañana continúa con la misa voluntaria en el alcázar y el concierto que ofrece la banda de música abordo. Igual que en cada una de sus actuaciones los músicos no defraudan, empezando el concierto con marchas militares y finalizando con un popurrí de las canciones más conocidas del grupo sueco ABBA.
Según nos indica la guardia de meteorología parece que el tiempo está de nuestra parte y junto al arrecie del viento de la mañana podemos sentir como el sol empieza a calentar la cubierta, situación ideal para la comida que está prevista hagamos todos juntos. Todos en armonía degustamos sencillas exquisiteces como embutidos ibéricos, carne asada, patatas con salsas y una rica fideuá, todo ello cocinado con cariño y tesón por el personal de cocina, acompañado de una buena bebida fría para calmar la sed y de una buena conversación. Es un momento distendido para fortalecer los lazos de amistad, una de las características de la vida en este emblemático velero.
El resto de la tarde transcurre sin contratiempos: mientras unos disfrutan de las playas en cubierta o hacen deporte, otros emplean su tiempo en contactar con sus seres queridos bien vía teléfono, e-mail o whatsapp o estudiando y leyendo. Nos toca apretar a estudiar para preparar la prueba de conocimiento de Historia Naval del día siguiente. Pero también los miembros de la dotación están estudiando pues en fechas cercanas tendrán que presentarse a los procesos selectivos de ingreso en la escala de Suboficiales, Cuerpos Comunes, Oficiales y de Guardia Civil.
Tras el fin de semana comienza la semana con gran alegría por ser la última antes de llegar a Boston, último puerto del continente americano que tocaremos antes de regresar a España y en el que todos tenemos puestas muchas expectativas después de quedar maravillados en Pensacola.
La dotación centra sus trabajos en dar al buque en su máximo esplendor para la llegada a un puerto tan popular. Asimismo, una cubierta por debajo, los alumnos nos estrujamos el cerebro para extraer todo lo aprendido sobre las batallas llevadas a cabo por la valiente Armada española desde sus orígenes hasta el siglo XVII.
A primera hora de la tarde del miércoles se puede escuchar por órdenes generales “Maniobra General, Maniobra General”. Toda la dotación acude a su puesto en esta situación bien pertrechada y preparada. Comienza así la virada por redondo llevada a cabo por el Guardiamarina de puente quien realiza la maniobra con éxito en un tiempo de solo 32 minutos.
La tarde finaliza con el concierto nocturno. Como la hora el ocaso coincide con éste, el concierto da comienzo con el canto de la tradicional Oración Marinera. Acto seguido, los Guardiasmarinas se disponen a observar las estrellas para realizar el cálculo de la situación por la toma de alturas a los astros, ¡ya van quedando menos!
El resto de la semana sigue su curso de manera usual: la dotación se entrega día a día a los mantenimientos y las maniobras del barco durante las guardias y los Guardias Marinas por nuestra parte, hacemos lo mismo en nuestras actividades académicas mientras las compaginamos con las guardias navegando.
“¡Por fin viernes!”, debe pensar más de uno al llegar el querido fin de semana y es que los días van pasando como una estrella fugaz y el puerto de Boston se siente cada vez más cerca. No obstante uno no debe perder la perspectiva, aún queda terminar la semana igual de bien que la empezamos tras lo que parece será una intensa mañana.
Ésta comienza con la descubierta para que los gavieros de palos y vergas comprueben el correcto estado de la jarcia firme y de labor así como las velas altas. A media mañana se realiza un ejercicio de tiro en toldilla, sobre blanco remolcado, con armamento ligero tipo MG. En el ejercicio participamos varios Caballeros y Damas Alumnos de Infantería de Marina encargados de supervisar y coordinar a los tiradores, los cuales son miembros de la dotación de todos los destinos e incluso algún oficial de intercambio, como la profesora nativa de inglés de la Royal Navy.
Por la tarde, los Guardiasmarinas subimos a las vergas del palo trinquete a aferrar las velas mientras el resto de los palos hacen lo propio con las velas altas con sus gavieros correspondientes. Toda esta actividad queda plasmada en imágenes, puesto que aprovechamos las condiciones meteo para arriar la embarcación de estribor y adiestrar a nuestros patrones y de paso documentar una acción más de la vida a bordo desde un punto de vista particular y diferente.
A medida que vamos ganando latitud norte nos adentramos en la esperada, y pronosticada días antes, densa niebla que va acompañada de una notable bajada de temperaturas. Atrás quedan los días de playas en cubierta de intenso calor. Se activan las condiciones de navegación en baja visibilidad, las cuales perdurarán toda la noche, y se refuerza el número de serviolas para avistar contactos navegando por la misma zona.
Para cenar algunos acuden a la “Calle de las Tapas”. En este enclave los participantes disfrutan de una estupenda cena de pie acompañada de un agradable coloquio entre miembros de la dotación y alumnos de todas las edades y orígenes.
El sábado por la mañana, tres grupos de alumnos imparten la recalada técnica y conferencia cultural del puerto de Boston así como la conferencia de seguridad de dicha ciudad. Como ya es tradición en estas conferencias en el intermedio tienen lugar unos minutos musicales a cargo de los Guardiasmarinas. En esta ocasión todos cantan la canción de este Crucero de Instrucción “Over the Rainbow”.
Por la tarde son avistadas un grupo de ballenas del norte, especie oriunda de estas latitudes a la que todos queremos observar e intentamos inmortalizar en una foto.
Llegada la noche los mismos alumnos que expusieron la conferencia cultural y de seguridad en la cámara de Guardiasmarinas vuelven a impartirla para la dotación, en esta ocasión en el alcázar. Finalizadas las conferencias, se proyecta una película de terror en cubierta que hace que a más de uno se le pongan los pelos de punta y no precisamente del frio que hacía. Y así, se da por concluido un sábado más, con la mente puesta en mañana, expectantes de lo que está por llegar, pero con el bagaje acumulado de lo ya vivido y lo aprendido, que perdurará para siempre en nuestra memoria.