El que firma este último “Vida a bordo” con alumnos embarcados, es el Alférez de Navío Carlos Ameyugo, Oficial de Información pública del buque en los dos pasados años. Ha sido un honor para mi el poder acercar de manera diaria (en trabajo conjunto, apoyo y dependencia de la OCS de AJEMA) las reflexiones, anécdotas y vivencias diarias de los Guardiasmarinas a sus familiares, amigos y curiosos. Ha sido, realmente, un espacio en el que han sido libres de escribir lo que pensaban; y gracias a su sinceridad, nos han permitido transmitirles la vida diaria y misión del buque-escuela.
Tengan por seguro que sus hijos, hermanos, primos, nietos y amigos; que tanto han echado de menos (y el sentimiento es mutuo, se lo puedo asegurar) han aprendido y disfrutado en igual medida del XCV Crucero de Instrucción. Se han formado y mejorado en sus aptitudes como futuros Oficiales de la Armada y han crecido como personas; puesto que aquí se enseñan principalmente valores morales, conocimientos técnicos y ética militar.
Hemos pasado desde los diarios de “Vida a bordo” más monótonos, en los que se reflejaba el lento pero constante avance del buque en sus tránsitos oceánicos, que nos hicieron cambiar de hemisferio o de continente; a los más emotivos, recordando con sencillos actos de homenaje a los caídos; pasando por los más emocionantes, como aquellos que narraban el primer cruce del buque a vela por el Cabo de Hornos.
Pero todos ellos tenían como audiencia objetivo una madre, un padre, un abuelo o una novia; y haciendo pública esa “carta privada” acerca de sus vivencias; nos hicieron partícipes a todos de sus más íntimas reflexiones personales.
Una vez más, debo recalcar que ha supuesto para mi un honor haber sido partícipe como hilo conductor de ese mensaje, entre nosotros y ustedes.
Quisiera seguir con la tradición que los propios Guardiasmarinas instauraron en el lejano mes de enero de 2023 con los primeros “Vida a bordo”; por lo tanto, no me gustaría despedirme sin mandar un fuerte abrazo a mi hermana Elena, mi cuñado Fer y, por supuesto, a su hijo Álvaro (mi sobrino y ahijado que duplica su tamaño cada Crucero de Instrucción que no lo veo, ¡espero que le quepan los regalos que le traigo!). A mi padre, mi ejemplo a seguir. Que marca mi rumbo en la vida militar y personal. Y, cómo no, a mi madre; que como tantas otras sufre en silencio la lejanía de su hijo y que aguanta, con orgullo y una fortaleza solo entendible por ellas, la vocación que me hace estar tanto tiempo fuera de casa.
Solo me resta agradecer a nuestra Patrona, la Virgen del Carmen, los días en la mar que hemos disfrutado, y que acompañe lo poco que le queda al buque y a la dotación para reunirse el 21 de julio en Cádiz con los suyos.
En la mar, a 11 de julio de 2023, a bordo del B/E “Juan Sebastián de Elcano”
EL AN Carlos Celedonio Ameyugo Fdez. Del Campo