Comienza otro martes más navegando a bordo del "Juan Sebastián de Elcano". La diana, a 0700 como todo día laborable, se hace un poco menos amarga al recordar que solo quedan 10 días para atracar en Manzanillo, que será el cuarto puerto del crucero.
Después del desayuno –y del primer café del día-, muchos guardiamarinas repasan con ansia sus apuntes antes del examen de Empresa; otros, los menos, aprovechan los minutos previos a la prueba para desconectar y rebajar la tensión con alguna broma. Tras las clases y a finalización de las actividades de la mañana, la mitad de ellos toman la meridiana para hacer la primera situación del día, mientras que el resto –afortunados se mire como se mire- pueden empezar a dar cuenta de las costillas con las que cocina palía las vicisitudes de la vida a bordo.
Durante la tarde estaba previsto que los alumnos realizasen actividades de diversa índole con las tradicionales balleneras, pero el Pacífico tenía otros planes, imposibilitando la maniobra con las primeras rachas de viento desde hacía un par de días. Como actividad alternativa, se pone en práctica la maniobra para dar los triángulos de capa, transcurriendo así la totalidad de la tarde.
A 1900, tras adecentarse después de una tarde de mucho trajín, la brigada de Guardiamarinas al completo canta la Oración en el alcázar, acompañados por la banda de Música y leyéndose a continuación la Orden de mar para el día siguiente. En esta se puede consultar información relevante como lavandería o la minuta, que suele ser el principal atractivo...
El día finaliza como tantos otros desde que salimos de Cádiz, con la cena, el posterior concierto en cubierta y como no podía ser de otra forma, con los guardiamarinas resolviendo el problema de estrellas del día.
Un saludo para nuestros familiares y amigos, que nos apoyan cada día desde España.
En la mar, a bordo del B/E "Juan Sebastián de Elcano" a 19 de marzo del 2024,
GM1º Manuel Peláez Gómez