Comienza domingo en demanda del puerto de San Diego con su diana tardía que para muchos ese tiempo de más sabe tanto a gloria como a alivio al saber que es día de descanso.
Continúa nuestro temporal y hoy hemos tenido que arriar el cangrejo del trinquete, quedando de velamen la trinquetilla y el cangrejo del popel. A pesar del continuo zarandeo, del viento y de las olas, el barco continúa con rumbo claro y firme en contra de toda ola para llegar a San Diego en el día esperado.
Debido al oleaje y al viento no hemos podido tener en cubierta el Santo Sacrificio de la Misa que se celebró en cambio en la Cámara de los guardiamarinas; y tampoco el concierto característico de los domingos se ha podido suceder, concierto en el que los músicos nos dan un refresco tanto de pasodobles españoles tan míticos e incluso canciones actuales o clásicas de las que todos conocemos la letra.
Así, hemos podido sacar horas para leer, escribir cartas, jugar a algún juego de mesa como el Catán y sobre todo, estudiar, sobre todo los valientes guerreros que mañana pelearán quitarse por fin una asignatura y a los que les deseamos suerte, vista ¡y al toro!
Como es costumbre española un domingo, desde cocina nos han alegrado la comida ofreciéndonos un exquisito arroz con marisco y un solomillo de cerdo acompañado de champiñones. Y para nuestra sorpresa, semejante manjar venía acompañado de un magnífico helado de vainilla, lujo del que no solemos disponer y que nos ha traído una gran sonrisa.
Hemos aprovechado muchos y yo personalmente a contactar con nuestros seres queridos mediante Whatsapp que siempre supone una gran alegría y aliento capaz de mantener la moral y las ganas altas.
Quiero aprovechar también para lanzar una reflexión sobre el compañerismo. En la milicia el compañerismo es fundamental y es muy marcado, en la Armada este compañerismo se lleva hasta su más profundo significado pues de él depende toda la convivencia dentro del buque. Pero esta camaradería, que tanto nos caracteriza, no se obtiene de la noche a la mañana, supone un arduo trabajo de paciencia y templanza que lo hace posible.
No quería acabar sin antes mandar un afectuoso abrazo a mis padres, a mis hermanos, cuñados, sobrinos y sobre todo a mi novia, María. A quienes agradezco profundamente el apoyo y de quienes sé el sacrificio que supone la lejanía pero en quienes confío plenamente y espero ver en el muelle cuando alcancemos España.
En el Océano Pacífico, en demanda de San Diego y a bordo del B/E "Juan Sebastián de Elcano" a 7 de abril del 2024,
Guardiamarina de Primero Ramón De Meer Méndez