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"ELCANO" ATRACA EN MARÍN, DESDE DONDE PARTIRÁ EL DÍA 16 DE FEBRERO PARA REALIZAR UN CRUCERO-PILOTO
Lunes, 14 Enero 2013
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"ELCANO" NAVEGA EN DEMANDA DE MARÍN, EN EL INICIO DEL CRUCERO-PILOTO QUE ACABARÁ EL 21 DE FEBRERO
Lunes, 17 Diciembre 2012
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Actividades de la Asociación. Jornadas Cívico-Militares
Martes, 10 Enero 2012
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IMAGE Biografía Juan Sebastián de Elcano
Sábado, 04 Diciembre 2010
Juan Sebastián de Elcano nació en Guetaria, en la actual provincia de Guipúzcoa, hacia 1476. De profesión comerciante, participó en la campaña... Read More...
IMAGE Características del Buque
Sábado, 04 Diciembre 2010
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VIDEO DE LA DESPEDIDA DEL "ELCANO" EN CÁDIZ EN EL AÑO 2010
Martes, 25 Enero 2011
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"COMO HACE BUEN DÍA, NOS HAN PERMITIDO DISFRUTAR DE UN DÍA DE 'PLAYAS'. POR LA TARDE SE REALIZÓ OTRO ACTO TRADICIONAL A BORDO, 'LA CALLE DE LAS TAPAS'. LA JORNADA CONCLUYE CON EL CRUCE DEL TRÓPICO DE CÁNCER, QUE SIGNIFICA PONER RUMBO AL CARIBE
Miércoles, 29 Marzo 2017
Vida a bordo, 25 de marzo de 2017 ¡Por fin llegó el sábado! La verdad es que teníamos ganas, para que nos vamos a engañar. Es nuestro primer... Read More...
"ELCANO" INCORPORA PRODUCTOS ALIMENTARIOS DE MÁXIMA CALIDAD PARA EL PRÓXIMO CRUCERO DE INSTRUCCIÓN QUE COMENZARÁ EN ENERO DE 2023
Viernes, 11 Noviembre 2022
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"ELCANO" CAPEA EN AGUAS DE PORTUGAL UN FUERTE TEMPORAL DENTRO DEL TRÁNSITO MARÍN-CASABLANCA
Lunes, 21 Enero 2013
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RECIBIMIENTO DEL PUEBLO CHILENO AL "JUAN SEBASTIÁN DE ELCANO" A SU LLEGADA A VALPARAÍSO

LA DOTACIÓN DEL "ELCANO" SALUDA AL EMBAJADOR DE ESPAÑA EN CHILE DURANTE SU ESCALA EN VALPARAÍSO

ELBUQUE-ESCUELA "JUAN SEBASTIÁN DE ELCANO" RECALA EN EL PUERTO CHILENO DE VALPARAÍSO

Tras recorrer desde Punta Arenas mil millas por el Estrecho de Magallanes y los Canales Patagónicos y Chilotes, el Buque-Escuela de la Armada Española salió al Océano Pacífico, por el que navegó hasta atracar en la mañana del pasado 3 de abril en la Base Naval de Valparaíso.

Durante su estancia en la ciudad porteña, la decimoquinta en la vida del barco, se recibió a bordo al embajador de España en Chile y a numerosas autoridades civiles y militares de la región.

Los Guardiasmarinas visitaron la fragata “Prat”, buque anfitrión designado por la Marina de Chile, así como la Escuela Naval, en la que tuvieron oportunidad de confraternizar con sus homólogos chilenos, incluyendo competiciones deportivas.

Una sección de Guardiasmarinas junto a otra de dotación de la fragata “Prat” rindió homenaje a los héroes de la batalla de Iquique, con una ofrenda floral ante el monumento y cripta sitos frente al Cuartel General de la Marina de Chile.

Además de la tradicional recepción a la sociedad local y colonia española, a bordo tuvo lugar un acto castrense de Jura de Bandera, en el que 58 españoles residentes en el país andino ofrecieron testimonio de su amor a España besando su Bandera.

La comunidad española agasajó a dotación y alumnos con sendas recepciones en los Estadios Españoles de Valparaíso y Santiago.

Como en cada escala en puerto, el buque estuvo abierto al público, recibiendo en visitas organizadas a escolares, como los de los colegios “Español María Reina” e “Hispano Americano” y colectividades, como la aragonesa y gallega o la séptima compañía de bomberos voluntarios de Valparaíso, denominada Bomba España. En total visitaron el buque 2.500 personas.

El “Juan Sebastián de Elcano” se hizo a la mar en la mañana del 8 de abril, dando la vela en demanda de Callao en Perú, su siguiente escala en el LXXXVI Crucero de Instrucción.

EL BUQUE-ESCUELA "JUAN SEBASTIÁN DE ELCANO" DURANTE SU NAVEGACIÓN POR EL PASO SHOEL

VIDA A BORDO, DEL 23 AL 28 DE MARZO DE 2015. TRÁNSITO CANALES PATAGÓNICOS

Con la calurosa despedida del ministro de Defensa de España, acompañado de otras autoridades en el muelle Arturo Prat de Punta Arenas, nuestro Buque-Escuela parte de esta entrañable ciudad y se adentra, todavía más después de cruzar el Estrecho de Magallanes, en el laberinto de esteros que componen los Canales Patagónicos. 

Nada más largar amarras, una dotación bien adiestrada con la lógica experiencia adquirida después de haber cruzado medio mundo, da sin contratiempos el aparejo de cuchillo para aprovechar al máximo el último espacio que nos va a permitir navegar a vela en las próximas singladuras. La dotación se afana en sus quehaceres en la maniobra hasta conseguir que el formidable velero surque lenta pero solemnemente el Paso Ancho a rumbo sur.

Conforme va cayendo la noche y los límites de la costa se ciernen cada vez más y más contra nosotros, las sucesivas guardias van cargando las velas hasta dejar el barco, como lo denominamos cuando navega sin velas, a “palo seco”. Avanzando por estas aguas  no podemos evitar fascinarnos del valor y la maestría de la que tuvieron que hacer uso nuestros antiquísimos predecesores: Fernando de Magallanes, Pedro Sarmiento de Gamboa o Juan Sebastián de Elcano que descubrieron y cartografiaron estos estuarios en unas condiciones infinitamente más precarias que las nuestras (con más margen en el itinerario, eso sí).

Tras una noche de navegación complicada para la guardia de Puente lidiando con colosos de piedra a banda y banda y traicioneras corrientes, el barco amanece una nueva singladura. Durante la noche, el barco se ha ido adentrando en las profundidades de este singular laberinto y cuando el sol decide abrir el telón para un nuevo día nadie se espera el escenario que nos tenía preparado. A pesar de haber oído historias acerca de la belleza de estos canales nadie hubiera imaginado que pudieran ser tal el espectáculo. De repente, nos encontramos navegando en lo que fácilmente podría ser un río rodeados de enormes cumbres nevadas con la mar completamente en calma, una suave brisa y un sol que contrasta radiante con el limpio hielo que cubre las montañas; esta mañana en concreto, navegamos por el tramo bautizado como Paso Tortuoso. 

Los Guardiasmarinas de guardia de meteorología aseguran que vamos a tener una suerte asombrosa y que durante el tiempo que pasemos serpenteando a través de los canales nos vamos a ver amparados por un anticiclón, casi estacionario que nos va a proteger de las inclemencias meteorológicas típicas de la zona.

La vida a bordo poco a poco adquiere su usual normalidad: unos horarios bien definidos nos permiten a los alumnos administrar el tiempo de forma que podemos estudiar, hacer deporte y relajarnos a pesar de que, como corresponde en estas fechas, los exámenes están a la vuelta de la esquina.

Durante la tarde, un grupo de Guardiasmarinas dan una conferencia en la que desglosan detalladamente la derrota a seguir a través del complicado entramado de canales que componen los Canales Patagónicos, resaltando los peligros más importantes y otra información de gran interés para toda la dotación.

La gratitud de estos canales se ve ensalzada por la dificultad de su cruce y por ello los equipos de Guardiasmarinas de puente y derrota se ven reforzados para realizar una navegación de precisión en la que un error en la posición exacta del barco no es admisible debido a los numerosos bajos, rocas y otros notorios peligros a la navegación. La dotación se ve también apoyada por la presencia de dos oficiales de la Armada Chilena, grandes conocedores de la zona, que nos acompañaran en nuestra travesía hasta Valparaíso ayudándonos con su experiencia y grandes cualidades a llevar el buque “a buen puerto”.

Como se refleja en el cuaderno de bitácora de a bordo, se produce el orto de buena amanecida, lo que significa que las condiciones actuales y previstas para el resto del día van a ser favorables a la navegación. Sin embargo, ajenos al horario que impone el sol, la dotación lleva ya un tiempo despierta preparándose para seguir cumpliendo sus labores un día más.

El barco continúa su actividad cotidiana. La dotación realiza sus labores de adiestramiento y mantenimiento y los Guardiasmarinas asisten a sus clases. La imposibilidad de ver el horizonte en los 360º que rodean al barco se convierte en aliada de los Guardiasmarinas ya que les impide realizar sus observaciones astronómicas diarias al no poder obtener la posición del barco gracias a la posición relativa de los astros como el sol o las estrellas.

Las claras y calmadas aguas de los canales permiten ver el reflejo del barco deslizarse a través de los numerosos estrechos mientras a ambos costados se van sucediendo imágenes de glaciares e islas prácticamente vírgenes. Hoy cruzamos el Paso Shoal y el Canal de Gray, uno de los más complicados de la travesía que sólo se puede cruzar de día.

Contra todo pronóstico, durante el día de hoy nos vemos obligados a evacuar a una marinero de la dotación con un dolor agudo abdominal y a la que la Teniente enfermera acompañará siendo ambas desembarcadas gracias a la ayuda del patrullero chileno “Cabrales”, que se encontraba por la zona realizando adiestramiento, y será capaz de acercarles en menos tiempo a puerto. Allí, la afectada podrá recibir atención médica especializada de forma inmediata. Las reacciones fueron rápidas y controladas y permitieron atajar el problema antes de que desembocara en uno de mayor gravedad.

Por la tarde se alista una de las embarcaciones auxiliares del buque y se da la oportunidad a miembros de la dotación de embarcar y ver desde fuera el barco para poder contemplarlo dentro de tan impactante fondo. Reseñar que ninguno de los que embarcaron desperdició la oportunidad de hacerse una foto e inmortalizar el momento.

Tras un nuevo día de navegación en el que las corrientes y la luz del sol imponen las horas en las que al barco le es “permitido” cruzar determinados pasos, rinde una nueva singladura en la que los protagonistas son los equipos de puente y derrota que han sabido mantener el barco controlado en todo momento. Eso sí, no sin desafíos.

En un nuevo día por la Patagonia el buen tiempo sigue acompañándonos y nos concede otro día de sol y brisa. Los prácticos de la Armada chilena, así como algunos miembros de la dotación que ya habían cruzado los canales anteriormente, aseguran que es la primera vez en la que disfrutan de semejante situación ambiental y que por ello esta sea quizás una ocasión aún más especial. A pesar de que durante las noches las temperaturas caen drásticamente, el sol permite que durante el día la cubierta se llene de vida y sean comunes las fotos de grupo, de paisajes, de amigos, de “selfies” para recordar este momento y compartirlo con los más queridos que se encuentran en España. 

A las alturas del “Canal Wide” (Canal Ancho), empiezan a avistarse hielos a la deriva provenientes de un glaciar cercano. Dado sus reducido tamaño no suponen una gran amenaza para el barco pero sí un factor más sobre el que hay que estar alerta. 

La desconocida fauna local es representada por las focas que aparecen esporádicamente y juegan con los remolinos que se forman en la estela del barco. Lamentablemente desde el momento en el que alguien avisa hasta que los curiosos acuden a verlo, el animal ha desaparecido dejando a su descubridor “con la palabra en la boca”.

Durante la tarde se alista una embarcación y se hace una pequeña expedición a ver los hielos que rodean el barco. Como era de esperar, la embarcación vuelve con muestras de pequeños bloques de hielo que se conservarán en las cámaras frigoríficas de a bordo para conmemorar el paso por estos canales e incluso algún valiente, aunque por higiene no sea recomendable, este hielo terminará dentro de un vaso con algún refrigerio…

Pocas horas antes del ocaso el barco fondea en las proximidades de Puerto Edén, a las puertas del canal más estrecho que cruzaremos en nuestra derrota de camino al Océano Pacífico, la Angostura Inglesa. Este canal debe ser cruzado en unas condiciones muy concretas de marea que no se darán hasta la mañana del día siguiente.

Aprovechando la espera a la que el barco se ha visto forzado, se alista una embarcación y un grupo de afortunados realizan una expedición a este pequeñísimo y recóndito pueblo de no más de 100 habitantes. Mientras algunos miembros de la dotación descubren el pueblo, la embarcación vuelve con un pequeño grupo de habitantes de Puerto Edén, a los cuales el Comandante guía y acompaña en una visita a través del barco y es que la labor diplomática que el “Juan Sebastián de Elcano” lleva a cabo no descansa nunca y llega hasta los rincones más remotos. Con caras de ilusión y un par de recuerdos, la embarcación devuelve a nuestros visitantes a Puerto Edén y recoge nuestra pequeña avanzadilla satisfechos de haber podido pisar un puerto más, por pequeño que sea.

Amanecemos en el Paso del Indio a las puertas de la Angostura Inglesa. La guardia del alba se ha encargado de levantar el fondeo y poner en marcha el barco para comenzar a cruzar el angosto estrecho (valga la redundancia) a la hora exacta que previamente habíamos calculado los Guardiasmarinas, apoyados por los prácticos de la Armada chilena. 

El barco entra decidido, pero con cuidado, en una de las zonas más bonitas y peligrosas que habría de realizar durante su derrota. Con menos de 50 metros de agua a cada banda, el barco serpentea entre una maraña de rocas, acantilados y pequeñas islas que se encuentran repartidas por este paso. Para poder llevar esta maniobra a cabo es absolutamente necesaria la buena coordinación entre todos los miembros  del equipo de navegación del puente y tener perfectamente calculado el punto en el que se ha de cambiar de rumbo, dejando el resguardo ínfimamente necesario con los obstáculos.

Favorecidos por las condiciones meteorológicas y con la confianza que aporta una buena preparación, la dificultad del cruce no impide a toda la dotación disfrutar de las magníficas vistas que el estrecho nos obsequia. Se suceden los comentarios de “podría llegar nadando perfectamente de un lado a otro” o, “lo que daría por poder pasar unos días investigando esos bosques”. Escoltados por una de las embarcaciones auxiliares del barco que realiza fotos, cruzamos el impresionante estrecho sin ningún problema.

Durante el día cruzamos también los pasos de Grappler y el Canal Messier donde nos cruzamos con el Patrullero “Marinero Fuentealba” de la Armada chilena el que, como es costumbre de los hombres de mar, nos saluda y rinde honores realizando una bonita pasada. Durante el ocaso, el barco deja los Canales Patagónicos adentrándose en el inmenso Océano Pacifico. Aunque hemos terminado una de las etapas más impresionantes de nuestro Crucero de Instrucción, la intención es volver a internarse en otro laberinto de canales más al norte denominados canales Chilotes.

Navegando por el Golfo de Penas, bañado por el Océano Pacífico, el sol que nos había acompañado durante estos últimos días ha decidido esconderse esta mañana de marzo. El ambiente se vuelve más húmedo y frío mientras desfogan chubascos intermitentes, sin suponer  ello el menor problema para la navegación, aunque si incomoda a la hora de realizar los trabajos en cubierta a la dotación. Sin embargo nos favorece a los Guardiasmarinas a la hora de estudiar. 

Por la noche nos adentramos en el Canal Darwin a través del cual pasaremos de nuevo al resguardo de las aguas de los canales de Chiloé. Después de haber cruzado pasos anteriores, el equipo de navegación del puente está ya perfectamente adiestrado y goza de confianza suficiente para completar el tránsito, aunque la lluvia, la oscuridad de la noche y los peligros propios al canal no lo ponen nada sencillo.

Navegando ya por el Canal Moraleda, una vez pasado el canal Darwin la noche anterior, las sucesivas guardias se van relevando a lo largo del día. La lluvia cae de manera persistente y mientras los salientes de guardia se quitan los empapados chubasqueros y se ponen a resguardo del frío y la lluvia en el interior, los entrantes asumen sus funciones con ropas secas y dispuestos a mojarse. 

Hoy por la tarde, los Guardiamarinas tenemos la última prueba de conocimiento de la asignatura de diseño de Maquinas. Para más de alguno ha sido una noche larga de estudio y las ojeras empiezan a hacer su aparición. La cafetera ha estado toda la noche que echaba humo y mientras unos estudian sentados otros paseamos de un lado para otro de la cámara con los apuntes llenos de ecuaciones en la mano. Doquiera que mires se oyen comentarios acerca de engranajes, rodamientos y reacciones físicas por todas partes. 

Los 76 Guardiasmarinas que formamos las promociones 416 y 146 nos distribuimos dentro de la cámara y de la biblioteca para apurar las últimas horas de estudio. El espacio no sobra pero nos acomodamos a las circunstancias y aunque se confunden los bolígrafos y los apuntes en ocasiones, se respira una extraña especie de alegría fruto de encontrarnos todos juntos ante la adversidad. El compañerismo crece, montándose corros alrededor de aquellos que tienen las cosas un poco más claras y son capaces de explicar algo de estas incomprensibles ecuaciones. Nos gastamos bromas y se escuchan risas que hacen que esta experiencia, por la que todo Oficial de la Armada ha pasado, sea más llevadera…

Al día siguiente, con la cabeza despejada de fórmulas y gráficas exponenciales, afrontamos nuestro último paso de salida al Pacífico al norte de la isla de Chiloé. Nos disponemos a pasar el Canal Chacao que además de numerosos peligros a la navegación como la Roca Remolinos, Bajo Colo Colo o incluso un tendido eléctrico que cruza la canal de lado a lado a casi 60 metros de altura, cuenta con la particularidad de que por su estrechura y por estar tan cerca del Océano Pacifico, en el de forman corrientes de marea de gran intensidad así que como ya nos pasara en la Angostura Inglesa debemos calcular el momento propicio para su cruce, cerca de la hora de la estoa (corriente nula). Además es domingo en la mar y aprovechamos el régimen de festivo para descansar de unos días de intenso estudio acompañados de bellos paisajes en una navegación tan atípica.

Al llegar al Océano Pacifico este nos recibe con mucha mar de fondo, con olas de 4 ó 5 metros, y viento bonancible por lo que en situación de Maniobra General todos nos ponemos manos a la obra y damos aparejo de cuchillo para seguir la derrota a vela, ¡que esto es un velero, y bien bonito por cierto!

El día llega a su fin navegando a mar abierto, no sabemos si acentuado por altura de la mar o debido a que llevamos varias singladuras surcando los Canales. El caso es que ponemos fin a una gran experiencia, sin duda de la más notables del crucero, que nos hace más marinos, más cultos, y sobre todo, más afortunados.